Tres pasos para llevar a su empresa hacia la economía circular
El siguiente es un artículo reproducido con autorización de la autora, Dr.-Ing. Laura Flórez, miembro fundador de C-Pack. Fue publicado originalmente por la revista Tecnología del Plástico, publicado en la edición de diciembre de 2020 y disponible en el siguiente enlace: https://www.plastico.com/temas/Tres-pasos-para-llevar-a-su-empresa-hacia-la-economia-circular+132495?pagina=3
De acuerdo con la fundación Ellen MacArthur, que en este momento es la líder más visible en este tema, la economía circular está basada en tres principios: diseñar para tener cero residuos y cero polución, mantener los productos y materiales en uso y regenerar los sistemas naturales.
La economía circular se ha definido más como un camino que como un destino. Para ir en esta dirección, hemos distribuido el camino en tres etapas principales, que pueden abordarse para llevar una empresa desde la economía lineal hacia la circular.
1. Repensar el diseño
El primer paso hacia la economía circular es analizar el estado actual de su producción y el tipo de productos que se están fabricando. El desperdicio y la polución son, en gran medida, una consecuencia de la forma en la que diseñamos las cosas. “El desperdicio y la polución no son accidentes, sino consecuencias de las decisiones hechas en la etapa de diseño, donde se determina cerca del 80% del impacto ambiental”, destaca la fundación en un comunicado.
Una pregunta que cabe hacerse es: ¿Qué debería tener nuestro producto plástico si fuera nuestra responsabilidad integrar el 100% nuevamente a nuestra producción una vez haya prestado el servicio para el que se fabricó?
Posiblemente, quisiéramos que el material viniera en el mejor estado posible: que fuera un material puro y no una combinación de diferentes materiales; que viniera sin contaminación o que fuera fácil de lavar, sin adhesivos que dañen sus propiedades o sin tratamientos adicionales que comprometan su desempeño en el segundo ciclo de vida. Luego, como parte del diseño, quisiéramos evitar el uso de colorantes o tintas que degraden el material o que evitan que sea recuperado.
También sería una buena idea que el producto diseñado estuviera concebido desde el principio para aceptar material reciclado posconsumo. La Unión Europea ha anunciado que para el 2025 al menos el 30 % del material utilizado en la fabricación de empaques debe ser material recuperado después de su uso. Este es un número mágico que debe guiar nuestro diseño. ¿Qué deberíamos cambiar en nuestro producto para poder incorporar un 30 % de material reciclado? ¿Atributos mecánicos, físicos, o de apariencia?
El diseño de producto plástico debe concebirse para incorporar al menos un 30% de material posconsumo; este “número mágico” está reforzado por las exigencias de la Unión Europea hacia 2025.
Parte del trabajo que debemos hacer está también vinculado a que nuestros clientes, los consumidores de los productos plásticos que hacemos, se alineen en la búsqueda de la meta que tenemos. Ser ambientalmente amigable nunca había sido un argumento de venta tan poderoso como lo es hoy en día, en una sociedad donde la base de consumidores jóvenes viene reemplazando a tomadores de decisiones que solo se basaban en el precio.
En el caso de envases, la incorporación de material recuperado debe ser utilizada agresivamente como una herramienta de mercadeo, y la ampliación de criterios de aceptación del producto, como variaciones en tonalidad, debe ser negociada y comunicada desde el principio del proyecto con el dueño de marca. Estar alineados a lo largo de la cadena en los objetivos de sustentabilidad es la forma más eficiente de llegar a la meta.
Otra alternativa importante del diseño es alargar la vida útil de los productos. ¿Podemos pensar en adoptar por ejemplo envases que se rellenen o se utilicen más de una vez antes de ser descartados? Nuevamente, un aspecto que podemos impulsar y que depende más del cliente que de los procesadores de plásticos, pero sin duda una de las estrategias de mayor impacto. Diseñar los envases para que puedan rellenarse requerirá pensar en nuevos atributos de durabilidad y facilidad de apertura y cierre, por ejemplo, pero posiblemente permita crear envases mucho más impactantes, pues su costo inicial puede absorberse durante un tiempo de vida más largo.
2. Ajustar el proceso productivo
Una vez revisado el diseño, la siguiente pregunta que cabe hacerse es: ¿qué debe cambiar en la forma actual de producir para que la producción incorpore material posconsumo?
Si la industria plástica debe incorporar en el término de 5 años al menos el 30 % de material recuperado, hay varias cosas que deben ajustarse en el proceso. La primera es el control de calidad de la materia prima virgen. Al comprar resina suministrada por fuentes petroquímicas, se tiene un origen de material confiable. Muchas veces basta con un certificado de calidad para creer en la idoneidad del producto plástico, y las empresas no hacen ningún otro control a la materia prima que reciben.
Consumir plástico “de la calle” necesita de procedimientos totalmente diferentes. La calidad debe ser controlada desde el origen, por lo que es importante tener pruebas de laboratorio aptas para este fin. Un medidor de índice de fluidez es lo mínimo, lo idóneo es tener la posibilidad de hacer pruebas de resistencia mecánica (como ensayos de tensión, por ejemplo) y, mediante pequeñas máquinas de inyección o extrusión en laboratorio, hacer pruebas de proceso.
La materia prima que llega posconsumo no va a tener una calidad consistente, por lo que es importante clasificar los productos internamente. ¿Qué productos pueden tolerar una calidad de materia prima menor? ¿Qué productos son más exigentes y van a requerir materiales posconsumo de alto desempeño?
Otra necesidad es adquirir tecnologías de separación de contaminantes. Los residuos ferrosos y sobre todo los no ferrosos pueden ser una fuente de daño no solo para el producto, sino también para la maquinaria.
Es importante conocer las alternativas de aditivación que hay en el mercado para elevar las propiedades de materia prima posconsumo. Existen diferentes aditivos para “unir” moléculas que estaban fragmentadas o para hacer compatibles materias primas que pueden tener algún grado de contaminación. Los proveedores de aditivos ven acá una nueva alternativa de mercado y están preparándose, luego conviene ir haciendo pruebas para estar técnicamente preparados para lo que viene.
Es posible que para aditivar, o para lograr la homogenización necesaria, sea conveniente instalar en planta un proceso de compounding (con tecnología de extrusión doble husillo y peletizado). O contar con un proveedor que pueda suministrar este servicio. De esta forma puede lograrse materia prima de tamaño y propiedades más uniformes para alimentar al proceso. También puede ser necesaria la aditivación con antioxidantes, por ejemplo, o con fibras o cargas que permitan compensar la pérdida de propiedades del material.
Desde el punto de vista de proceso, las herramientas de Industria 4.0 se convierten en aliadas valiosas. Propiedades del material fundido como la viscosidad, la homogenización o la estabilidad térmica pueden verse afectados sensiblemente con la incorporación de materiales posconsumo. Las herramientas que ajustan automáticamente los parámetros de proceso a estas variaciones pueden evitar disparar los índices de generación de scrap o evitar problemas de calidad en el producto terminado.
Otro aspecto fundamental es contar con agentes de purga adecuados, que permitan limpiar las máquinas después del uso de material posconsumo. En este caso tener buenas prácticas de mantenimiento de maquinaria, e inspección de tornillo y herramental resulta fundamental, pues los riesgos de daño se incrementan.
En los moldes de inyección conviene contar con venteos más generosos y tener rutinas para la limpieza de las salidas de gases. Estas tienden a taparse debido a que se generan más volátiles. Algo similar sucede a los equipos de extrusión, donde contar con una estación de desgasificación y con un diseño adecuado de tornillo puede evitar la formación de geles o de defectos en el producto terminado.
La principal preparación para la nueva era de economía circular es disponer de tiempo y recursos productivos para ensayar. Este tipo de materiales posconsumo exigen el desarrollo de un nuevo know-how que no se va a adquirir súbitamente.
La principal preparación para la nueva era de economía circular es disponer de tiempo y recursos productivos para ensayar, de la misma forma en la que se haría en un laboratorio de investigación. Este tipo de materiales posconsumo exigen el desarrollo de un nuevo know-how que no se va a adquirir súbitamente, sino que hay que desarrollar de manera sistemática y documentando en la empresa.
3. Comunicar, comunicar, comunicar
En esta coyuntura, identificar un socio que haya decidido involucrarse en el camino de la economía circular y que esté invirtiendo para ser más sostenible es una importante ventaja competitiva. Ser un proveedor comprometido con el cierre de ciclo es algo que aún es difícil de encontrar para muchos dueños de marca, por lo que resulta fundamental hacer ver a los clientes potenciales esta ventaja competitiva, y ganar terreno gracias a ella. Hay que visibilizar el esfuerzo por ser más sostenible y utilizarlo de la misma forma que se utiliza una certificación de calidad.
La comunicación no es solo hacia el cliente, sino que debe tener en cuenta toda la cadena, incluyendo a los legisladores, asociaciones gremiales y academia. La participación activa de los empresarios del plástico es crucial en esta coyuntura, pues muchas decisiones se están tomando sin el fundamento técnico necesario, y pueden perjudicar los negocios de nuestro sector y también los de los clientes finales. Participar de manera activa en foros, discusiones y en medios de comunicación reforzará el papel de la industria como agente de cambio y como solucionador de problemas.
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